Hoy le toca a nuestro presidente: Felipe Calderón. Si bien en mi caso, no es una persona que me cause aversión sino todo lo contrario, debo reconocer que con el lío del aumento de la gasolina no ha hecho mas que cajetearla cada vez que abre el pico. Me explico, primero sale diciendo que todos los comentarios que dicen que afectará nuestra economía no son mas que rumores infundados y que las personas que lo dicen no tienen clara la dimensión de los beneficios que esto le traerá al país (o a su bolsillo, no vaya a ser que luego nos salga con un rancho de super lujo como cierto bigotón que anda por allá), también comentó que el aumento de dos centavitos al mes no impactarán gran cosa. Ni terminaba aún de comentar lo anterior cuando todititos los granujas comerciantes, intermediarios y productores ya habían comenzado a subir los precios, y eso que el aumento ni se autorizaba aún. Si eso no es afectar no sé que mas pueda serlo, explíquenoslo señor Calderón.
Después de que prácticamente todos los mexicanos se la mentamos con toda la pasión que nos fue posible, el señor salió a decir que como es super buena onda ya no iba a aplicar el aumento en la fecha antes prevista, sino que se posponía para enero, esto, dijo, es para que no se vea afectada la economía todas las familias mexicanas. ¡No entiendo! Primero niega que se vaya a afectar, luego que siempre si y como es la mejor persona del mundo ya no nos va a coger ahorita, sino hasta enero, que al final de cuentas será lo mismo.
Me pregunto: si los cabrones que tienen el poder de decidir a qué precio se venden las cosas que consumimos, previniendo el aumento, lo aplicaron de una vez ¿Por qué no dieron marcha atrás y bajaron los precios? ¿Qué está haciendo el gobierno para arreglar esto? Yo creo, salvo su mejor opinión, que ya nos la aplicaron doble, y mientras tanto no nos queda mas que aguantarnos como siempre y buscar la forma de sacar nuestro coraje, como por ejemplo en mi caso, con esta nota. Hasta pronto.
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